Mientras el cambio climático amenaza la capacidad de los agricultores de producir los alimentos del mundo, según se informa en la revista “Nature”, hay investigadores del medio ambiente quienes estiman que la solución está basada en el terreno mismo.
“El cambio climático tiene muchos efectos dominó que están creando desafíos para nuestro sistema alimentario -dice Rob Myers, director del Centro de Agricultura Regenerativa de la Universidad de Missouri en Columbia, agregando- Las formas de combatirlos son con diversidad biológica, más materia orgánica en el suelo y enfoques más integrados”.
Y es que, según se informó, cada vez hay más pruebas experimentales de que, al mejorar la salud del suelo, los cultivos pueden volverse más resistentes a la sequía y a las condiciones climáticas extremas, y quieren que los gobiernos ofrezcan incentivos financieros a los agricultores que utilicen prácticas “regenerativas” para proteger las tierras agrícolas del clima.
Estas prácticas agrícolas incluyen potenciar el microbioma del suelo (es decir, su comunidad microbiana) rotando los cultivos entre los campos, en lugar de plantar repetidamente el mismo cultivo en el mismo campo, y añadiendo “cultivos de cobertura” a los campos. Estos incluyen plantas que no necesariamente se cosecharán, pero que previenen la erosión del suelo y aumentan los nutrientes del suelo.
Pero el cambio a estas prácticas requiere una inversión inicial. Los investigadores y agricultores que hablaron con Nature dicen que la agricultura regenerativa funciona, pero pueden pasar varios años antes de que las granjas comiencen a obtener ganancias.
En Estados Unidos, los defensores están pidiendo al Congreso estadounidense que incluya más subsidios para la agricultura regenerativa en la Ley Agrícola, un documento legislativo que se actualiza cada cinco años aproximadamente e incluye fondos para ayuda en caso de desastres y capacitación de agricultores. La versión más reciente expiró el 30 de septiembre.
Mientras tanto, la última versión de la Política Agrícola Común de la Unión Europea entró en vigor el año pasado e incluyó fondos para los agricultores que utilicen este tipo de prácticas sustentables.
SUELO Y PESTICIDAS
Un suelo en mal estado tiene dificultades para absorber agua o retener nutrientes. Ahora bien, la agricultura industrial suele depender de fertilizantes, pesticidas y equipos mecánicos para producir monocultivos de alto rendimiento (cultivos únicos, como el maíz o el trigo). El uso excesivo de productos químicos en estos cultivos altera los procesos ecológicos del suelo y es una de las principales causas de contaminación del agua en los Estados Unidos.
Se estima que entre 2013 y 2017 se perdieron por erosión 8.505 millones de toneladas de tierra vegetal en tierras agrícolas de Estados Unidos. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura advierte que más del 90% de los suelos de la Tierra corren el riesgo de degradarse para 2050, lo que podría provocar un aumento de la hambruna.
La agricultura regenerativa carece de una definición formal, pero los científicos que hablaron con la revista científica “Nature” dicen que su objetivo general es reconstruir un suelo saludable. Eso comienza con el aumento de la proporción de materia orgánica (incluidas las raíces vivas y el estiércol) para alimentar el microbioma del suelo y reciclar los nutrientes para las plantas.
Aunque el término es moderno, los principios regenerativos son antiguos. “Ponerlos en práctica significa regresar a algunas de las prácticas en las que nos hemos apoyado como especie humana durante miles de años”, explicó Rich Smith, ecólogo agrícola de la Universidad de New Hampshire en Durham.
RAICES PARA EVITAR EROSIÓN
Una práctica que se considera regenerativa es el cultivo de cobertura: Plantar especies que normalmente no se cosechan, como el trébol carmesí, cuando el cultivo comercial está fuera de temporada en lugar de dejar el suelo desnudo. Las raíces del cultivo de cobertura evitan la erosión y absorben el exceso de nitrato de los fertilizantes que, de lo contrario, se filtrarían a los arroyos y las aguas subterráneas.
Cuando un agricultor corta el cultivo de cobertura para preparar la siguiente ronda de plantación de cultivos comerciales, lo incorpora al suelo, donde alimenta a las bacterias e invertebrados subterráneos, mejorando la fertilidad del suelo. Solo alrededor del 5% de la tierra cultivada en los Estados Unidos estaba cubierta de cultivos en 2022, pero esa cifra ha ido aumentando: en 2022 era un 17% más alta que en 2017.
Durante una importante sequía que destruyó los cultivos de maíz y soja en el Medio Oeste de Estados Unidos en 2012, Rob Myers, director del Centro de Agricultura Regenerativa de la Universidad de Missouri en Columbia, dialogó con diversos agricultores con respecto a que los campos con cultivos de cobertura no se habían visto tan afectados como los campos sin las plantas adicionales.
Por eso, se trabajó con el Centro de Información sobre Tecnología de Conservación, una organización sin fines de lucro en West Lafayette, Indiana, que promueve la conservación en la agricultura, y un programa de agricultura sostenible financiado por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) para lanzar la Encuesta Nacional de Cultivos de Cobertura. Los investigadores encuestaron a aproximadamente 700 agricultores y encontraron un rendimiento promedio un 9,6% mayor de maíz y un 11,6% mayor de soja durante la sequía en los campos en los que se habían cultivado cultivos de cobertura.
“Esto fue sorprendente, porque en ese momento, muchas personas pensaban que los cultivos de cobertura absorberían la humedad y no dejarían nada para los cultivos comerciales”, dijo Myers.
El USDA ha ofrecido subsidios a los agricultores que utilizan cultivos de cobertura. De los agricultores que respondieron a la Encuesta Nacional sobre Cultivos de Cobertura 2022-23 y habían recibido pagos para plantar cultivos de cobertura, el 90% dijo que probablemente continuarían con la práctica después de que se detuviera la financiación.
ROTACION Y RESILIENCIA
“También hay evidencia de que la rotación de cultivos puede mejorar la salud y la resiliencia del suelo. Intercambiar cultivos, en lugar de cultivar el mismo monocultivo en el mismo campo durante años, puede mejorar la salud del suelo sin sacrificar la productividad”, según Rich Smith, ecólogo agrícola de la Universidad de New Hampshire en Durham.
Esto se puede hacer rotando diferentes cultivos, incluidos cultivos de cobertura, en el mismo campo a lo largo del tiempo, o plantando varios cultivos en el mismo campo al mismo tiempo, incluido el llamado “trío de las tres hermanas” de maíz, frijoles y calabaza que algunas tribus nativas americanas han cultivado durante siglos.
Una revisión de investigaciones de los efectos de la rotación de cultivos en la vida del suelo concluyó que la rotación de varias especies aumentó la cantidad de microorganismos en el suelo en un 15% aproximadamente en comparación con los campos de monocultivo, y aumentó la diversidad microbiana en más de un 3%. La rotación de dos o más cultivos diferentes también genera más nutrientes, carbono y nitrógeno, en el suelo que el monocultivo.
Pero eso no es todo. Una revisión de 33 artículos que evaluaron campos en los que se cultivaban legumbres y cereales juntos reveló un aumento en la estabilidad de los rendimientos de un año a otro en comparación con los de los campos de monocultivo, lo que sugiere que las granjas biodiversas podrían mejorar la seguridad alimentaria.
CAMBIO Y SUBSIDIOS
Según dicen los agricultores e investigadores que hablaron con la revista “Nature” estiman que el cambio a la agricultura regenerativa puede tardar unos tres años en dar resultados.
De acuerdo a lo declarado por Brandon Kaufman, un agricultor establecido en Moundridge, Kansas, quien rota los cultivos y también hace pastar al ganado en los campos en otoño e invierno para fertilizar el suelo: “Cuando empecé con la agricultura regenerativa en la explotación industrial que herede, no tenía una red de seguridad a la que recurrir. Los subsidios gubernamentales me incentivaron a probar algunas cosas, y gracias a eso he adquirido una enorme cantidad de conocimientos”.
“Las granjas pueden abandonar las prácticas agrícolas industriales y avanzar hacia suelos más saludables”, dice Kaufman, en cuya opinión “Sólo hacen falta tiempo e incentivos financieros para lograr que los productores cambien. Pero es importante, si piensas en tus hijos y tus nietos… ¿de dónde vendrán sus alimentos dentro de 100 años?”
Los programas federales, estatales y empresariales que incentivan los cultivos de cobertura suelen terminar una vez que los agricultores hacen la transición. Para apoyar a los productores que suministran los alimentos del país y que instituyen estas prácticas a largo plazo, la Ley Agrícola de Estados Unidos debería incluir una medida para reducir las primas del seguro federal de cultivos de los agricultores, dicen Kaufman y otros.
El USDA puso a prueba esta idea durante la pandemia de peste china covid19 al ofrecer a los agricultores que plantaran cultivos de cobertura un descuento de seguro de US$5,00 por acre. El programa federal ya ha terminado, pero hay estados como Iowa, Wisconsin e Illinois en los que se han implementado sus propias versiones.
Por Sergio Peña Herrera