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El futuro de la alimentación está en el “food sharing”

No cabe duda de que, así como a través del mundo se desperdician materias primas para producir diversos elementos en las industrias tecnológicas modernas, también se malgastan aquellos elementos que son la base de, nada más y nada menos, la vida misma de los seres humanos: Los alimentos. Es algo que causa hasta vergüenza ajena y lástima, pero también estimula el desarrollo, la investigación e innovación en favor de las próximas generaciones de habitantes del mundo que necesitarán alimentarse.

Así pues, ¿Qué se puede hacer y qué se está planeando a futuro , tanto en Chile como en otros países, para aprovechar al máximo las opciones de producir y mantener alimentos?.

La Harvard Law School Food Law and Policy Clinic (FLPC) y la Global Food Banking Network (GFN) lanzaron The Global Food Donation Policy Atlas (Atlas Mundial de Políticas de Donación de Alimentos) en 2019, a fin de reunir y coordinar experiencias jurídicas y operativas para identificar y respaldar soluciones políticas, con respecto a las pérdidas y/o desperdicios de alimentos en todo el mundo y ofrece recomendaciones para ampliar la donación de alimentos.

Una investigación específicamente enfocada sobre Chile se presentó en marzo de 2021, gracias al apoyo de la organización Red de Alimentos y otros socios de The Global Food Donation Policy Atlas (TGFDPA), expone que, si bien no se dispone de estimaciones oficiales sobre la pérdida y el desperdicio de alimentos en Chile, los informes sugieren que más de la mitad de los alimentos producidos en el país se pierden o se desperdician cada año. Antes de la pandemia del covid19, se estimaba que el 13.6% de la población padecía de inseguridad alimentaria y casi el 75% de la población adulta sufría de sobrepeso o era obesa.

La investigación de TGFDPA sobre Chile dice que no ha promulgado una ley nacional para reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos o mitigar el hambre a través de una mayor donación de alimentos. Sin embargo, las políticas y los marcos jurídicos existentes tienen el potencial de apoyar los esfuerzos de recuperación y donación de alimentos.

DONACION

TGFDPA evalúa que las principales cuestiones legales que impactan la donación de alimentos pasan por subvenciones e incentivos del gobierno; Seguridad alimentaria para donaciones; Protección frente a la responsabilidad civil para la donación de alimentos; Etiquetado de fechas; Requisitos de donación o sanciones por desperdicio de alimentos y análisis de incentivos fiscales y barreras impositivas.

Con respecto a desarrollar una política de donación de alimentos en Chile, TGFDPA señala que, a pesar de la introducción de normas de seguridad alimentaria en el RSA, Chile no ha elaborado las normas de seguridad específicas aplicables a la donación de alimentos.

Las normas de seguridad o inocuidad de los alimentos existentes en el Reglamento Sanitario de los Alimentos (RSA) de dicho país son de amplio alcance y presumiblemente se apliquen a las actividades de donación de alimentos; sin embargo, es probable que los donantes de alimentos y las organizaciones de recuperación de alimentos enfrenten incertidumbre al intentar garantizar que todos los alimentos se donen de manera segura y de acuerdo con la ley pertinente.

Además, para asegurar que los donantes de alimentos y las organizaciones de recuperación de alimentos estén adecuadamente protegidos de la posible responsabilidad jurídica derivada de reclamaciones por daños y perjuicios, según TGFDPA , en Chile se deberían adoptar leyes que extiendan las protecciones a los donantes de alimentos y las organizaciones de recuperación de alimentos que actúen de “buena fe” y se adhieran a las leyes pertinentes.

FUTURO SOSTENIBLE

Cualquier grupo de personas que cultivan alimentos juntos, comen alimentos juntos o redistribuye los desperdicios y el exceso de alimentos, según ShareCity, se considera como un proyecto de intercambio de alimentos.

Y es que, precisamente ShareCity, como parte del programa Horizonte 2020 de la Unión Europea, ha mapeado aproximadamente 4.000 iniciativas en 100 ciudades de Europa. Tal es el caso, por poner un ejemplo, de “Zusammen Leben” (“Vivir juntos”) un centro social y cultural que reúne a refugiados principalmente sirios, además de de otros países, junto a habitantes de la ciudad alemana de Friburgo.

La alimentación está en el fundamento de las actividades “Zusammen Leben”: Hay una cafetería comunitaria (“zuka-solicafé”) y un jardín comunitario (“zusammen gärtnern”); El objetivo, en la medida de lo posible, es utilizar productos locales procedentes de fuentes sostenibles.

Según se informó, “Zusammen Leben” ahora participa en Cultivate, un proyecto de cuatro años que comenzó en enero con el objetivo de aprovechar ShareCity y acelerar el avance hacia una práctica resiliente y sostenible.

“Un desafío clave es que el intercambio de iniciativas generalmente no es visible para los responsables políticos o el público en general, en términos de su contribución a la sostenibilidad”.

Así lo manifestó Anna Davies, coordinadora del proyecto Cultivate y académica de geografía, medio ambiente y sociedad en el Trinity College de Dublín, Irlanda. Cabe destacar que otras instituciones participantes en la iniciativa Cultivate   son FoodCloud de Dublín, donde se redistribuyen excedentes de alimentos de la industria alimentaria a cientos de organizaciones benéficas y grupos comunitarios a través de su propia plataforma tecnológica. También está Cascoland, con sede en Ámsterdam, Países Bajos, cuyos proyectos como “Lab & Kitchens” buscan involucran a la gente sobre sostenibilidad a través del arte y la práctica creativa.

Otra institución de  Cultivate es el Barrio Comestible Rijnvliet de Utrecht, Países Bajos: Una propuesta de base de los residentes para crear un nuevo distrito urbano con infraestructura verde, incluido un “bosque alimentario” urbano con más de 200 especies de flora comestible, con el objetivo de mejorar la calidad de vida y la biodiversidad.

 

Por Sergio Peña Herrera