Trabajando en una línea de investigación centrada en la contaminación de suelos y aguas subterráneas se encuentra actualmente Pedro Tume, académico de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC) y miembro del Centro de Investigación en Biodiversidad y Ambientes Sustentables (CIBAS).
Así es como se ha dedicado a recolectar y analizar datos para evaluar la contaminación de metales pesados en Coronel, Talcahuano y Hualpén.
“Es un registro a lo largo del tiempo del material que por la casa pasó. Especialmente, en las viviendas antiguas se encuentra mayormente. Hemos visto concentraciones de metales en Coronel y en la Población Libertad de Talcahuano”, comentó Tume, con respecto a su estudio enfocado en el polvo que se acumula en los techos de viviendas, donde habitualmente se carece de la llegada del sol, de la lluvia o la humedad.
METALES

Otra línea de investigación de Tume es la búsqueda de plantas hiperacumuladoras de metales, área que se conoce como fitoremediación y que se desarrolló como trabajo de laboratorio.
“En un macetero -explicó el referido especialista- se coloca tierra, un contaminante como plomo y ahí, se sembraba una planta para luego evaluar cuánto acumuló en las raíces, tallos y hojas. Ese trabajo funcionó perfecto en laboratorio. Una situación diferente ocurrió en el campo, dado que buscaba de otros nutrientes”
Las concentraciones de metales encontradas en los entretechos son mayores de las que se acumulan en el suelo. Para explicar este hallazgo, dijo Tume, declaró que el suelo tanto en Coronel como en Hualpén o Talcahuano, es arenoso, agregando: “La arena no retiene metales pesados. Con la lluvia, suponemos que limpia el suelo. Mientras que en el techo no ocurre este fenómeno. Es por eso que sus valores son mayores”.
También se informó que se recolectaron plantas en minas abandonadas en Chile, Perú, Ecuador, incluso en Cataluña, España, para verificar si acumulan metales en sus tallos y hojas.
Adicionalmente, aunque de manera incipiente, Pedro Tume estudia el tratamiento de aguas subterráneas, además de analizar la desalinización del agua del mar.
“El aporte del CIBAS ha sido fundamental, ya que nos permite tener datos frescos, con los cuales podemos generar más proyectos”, comentó Tume.
Dijo, sobre las fuentes de contaminación, que pueden ser antrópicas o geogénicas, dado que el suelo de forma natural contiene materiales pesados.
La actividad humana lo ha incrementado con fuentes como la emisión vehicular o los parques industriales. “De ahí la importancia de tener muestras en distintos puntos, para poder contrarrestar la información y determinar si es por zona industrial o no”.