“Es universalmente reconocido que el futuro del suministro de energía debe residir en las energías renovables. Los numerosos peligros y límites asociados con la extracción y producción de combustibles nucleares y fósiles se han hecho evidentes”.
Así lo dice Hermann Scheer en su libro “The Energy Imperative 100 per cent renewable now”. Agrega el referido investigador: “Si la transición de la energía nuclear y fósil a la energía renovable sólo se lleva a cabo de manera gradual y gradual, entonces es muy probable que la civilización mundial se vea arrojada a una crisis asombrosa que afectará a todos y a todo».
«El dramático cambio climático amenaza con convertir hábitats enteros en inservibles para vivir, además de generar miseria masiva y migración para millones de personas. Esto carga a la civilización con desafíos y costos de limitación de daños mayores que los necesarios para la transición a la energía renovable”, según destaca también Scheer.
Pero el mejoramiento de las actuales fuentes energéticas, así como el correspondiente debate continuará para siempre. Tratemos de entender como es.
Por ejemplo, dice Daniel Soeder: “A largo plazo, los combustibles fósiles no son sostenibles. La abundancia actual de gas de esquisto y petróleo de arenas compactas es sólo temporal y debería utilizarse para ayudar a cambiar a recursos energéticos nuevos, respetuosos con el clima y sostenibles a largo plazo. Continuar como siempre llevará a la humanidad y al planeta al límite en un futuro no muy lejano, y cuanto más nos acerquemos a ese límite, más difícil será dar la vuelta”.
«Esta transición -continúa explicando Soeder- debe ocurrir para que la civilización humana y los ecosistemas que la sustentan tengan alguna posibilidad de supervivencia a largo plazo, pero no nos equivoquemos: no será fácil. Para cambiar el paradigma energético en Estados Unidos inicialmente y en el mundo eventualmente será necesario enfrentarse a una gran cantidad de dinero petrolero arraigado y luchar contra una enorme inercia económica. No será fácil, pero no puede fracasar».
¿Y en Chile que se dice al respecto?
DESCARBONIZACION
José Miguel Cardemil, investigador principal del Solar Energy Research Center Chile (SERC) y académico del Departamento de Ingeniería Mecánica y Metalúrgica de la Universidad Católica, menciona que “el país ha avanzado significativamente en los últimos ocho años en el proceso de descarbonización”.
Es en ése sentido que Cardemil explica: “El despliegue de energías renovables ha sido sobresaliente, permitiendo desarrollar una nueva industria asociada a la energía solar y eólica. Este importante despliegue de energías renovables, también ha traído consigo nuevos desafíos en función de la transmisión y del diseño del mercado energético, lo que demandan nuevos conocimientos y estrategias creativas para continuar en la senda ya iniciada”.
Otro desafíos que prevé Cardemil es “consolidar el camino ya establecido desde la irrupción de las energías renovables, corregir anomalías del mercado que están dificultando el desarrollo de nuevas inversiones. Esto último permitirá fomentar nuevamente el despliegue de mayores fuentes de energías renovables”.
A juicio del antecitado académico, una de las principales piedras de tope es lograr “establecer una vía para descarbonizar consumos energéticos no asociados actualmente al uso de electricidad”, refiriéndose de este modo a la electrificación de consumos de energía térmica (calor) y al avance de la electromovilidad, todo lo cual estima que representa un desafío mayor puesto que requeriría aumentar casi al triple la capacidad de generación eléctrica instalada actualmente.
ALMACENAMIENTO
El investigador del SERC evalúa que para ir avanzando hacia una descarbonización parcial en Chile sin crear un déficit energético, se deben tomar en cuenta no solamente todos los desafíos anteriores, sino que también “hay que desarrollar infraestructura para las nuevas tecnologías que deben ser implementadas para abastecer los consumos futuros. De este modo, se busca robustecer nuestra red de transmisión eléctrica”.
Un ejemplo de esta infraestructura son los sistemas de almacenamientos. Sostiene Cardemil que estos “son fundamentales en el proceso de descarbonización puesto que permiten resolver las diferencias que hay entre la disponibilidad de los recursos renovables y la demanda energética. Los sistemas de almacenamiento permiten entregar estabilidad al sistema eléctrico, robustecer su operación y reducir los recortes de energía debido a las limitaciones de transmisión”.
Los sistemas de almacenamientos, como explica Cardemil: “Permiten acoplar diferentes sectores energéticos facilitando la conversión y transferencia entre los sistemas de energía eléctrica, térmica, química y de transporte. Nos permitirían avanzar hacia un sistema energético acoplado y ofrecer soluciones sustentables a las crecientes demandas energéticas de la sociedad”.