SUSTENTABILIDAD

El comercio justo hoy y los desafíos para Chile

Entrevista de Macarena Cabrera

Marco Coscione es un atento conocedor del comercio justo, especialmente en América Latina. Durante el desarrollo del proyecto europeo “Apoyo al desarrollo del comercio justo y sostenible entre Chile y la UE”, aproveché para entrevistarlo con el objetivo de incluir sus observaciones en mi tesis para el Máster Internacional en Emprendimiento Social y Solidario de la Universidad de Valencia (España). A continuación, una breve entrevista realizada en el mes de agosto de este año.

Marco, desde su experiencia, ¿cómo definiría el comercio justo?

Yo soy de los que consideran el comercio justo un movimiento socioeconómico internacional, con características típicas de los movimientos sociales, especialmente latinoamericanos, pero también con características propias que los distinguen de los demás: en particular, creo que no existe un movimiento social internacional que incluya a tantos actores, desde un pequeño productor agrícola o artesanal, en un parcela o taller, hasta el consumidor final de una metrópoli mundial.

Entonces, es fundamentalmente un movimiento global que permite la participación en distintos niveles, en distintas temáticas y con distintos enfoques a partir de tu rol en la sociedad; después ha construido herramientas para su desarrollo. De hecho, muchos confunden el comercio justo con una certificación, pero las certificaciones, que ya son muchas, solo son instrumentos o herramientas qué el movimiento ha construido para poder generar más impacto y beneficiar más, desde el punto de vista comercial, a los productores.

Siempre hay muchas dudas sobre las certificaciones, especialmente cuando se empiezan a ver sus costos para los pequeños productores. ¿Cree que las certificaciones de comercio justo agregan valor al producto? ¿De qué manera?

Si se logra comunicar bien lo que significa comercio justo entonces sí le agrega mucho valor, porque realmente creo que logra convencer al consumidor final del rol que juegan las personas a través de sus compras. Si un consumidor final entiende que a través de las compras no solamente beneficia a sí mismo, sino también beneficia a otros, y a la sociedad en su conjunto, entonces, realmente las certificaciones de comercio justo le están agregando valor al acto en sí mismo de producción, comercialización, y consumo. Si no se logra comunicar bien, entonces no se puede agregar valor a la compra.

¿El comercio justo le brinda mayores oportunidades de exportación en el mercado internacional a productos de origen campesino? ¿Lo considera una estrategia de desarrollo para el mundo rural?

Sí totalmente, de hecho, hacia allá apostamos los que trabajamos en comercio justo; hacia estrategias enfocadas sobre todo en los campesinos, la agricultura familiar, los artesanos, y las organizaciones de pescadores artesanales.

En el mundo agrícola, es muy importante la asociatividad porque claramente los productores solos no pueden exportar, pero sí lo pueden logran en asociaciones o cooperativas; el foco del comercio justo, de hecho, es promover la asociatividad y la organización entre productores a pequeña escala, de manera de garantizar un volumen necesario para la exportación, pero también los estándares de calidad que las cadenas globales de comercio están requiriendo.

Los que trabajamos en comercio justo hace muchos años fomentamos también la opción de políticas públicas que puedan promover el comercio justo como una estrategia de desarrollo a través del comercio; más que asistencialismo o cooperación al desarrollo, construir canales de comercialización donde se dignifica el trabajo de los productores, se les paga un precio adecuado y se mantienen de manera estable y transparente los canales comerciales. Más que recibir un precio más justo, lo que el pequeño productor valora es la estabilidad en la relación comercial: cuando se establecen relaciones de verdad de comercio justo se establece una relación de largo plazo, que significa décadas de relaciones comerciales, algo que un comprador tradicional no hace, porque un día busca un producto donde le conviene y al año siguiente lo busca en otro lugar donde le conviene más, y al año siguiente va a buscarlo de nuevo en otro país porque le conviene aún más… entonces nunca mantiene esa relación estable con el productor, y la estabilidad para los pequeños productores es fundamental porque gracias a ella se puede organizar la producción y pedir créditos, garantizando al sistema financiero tradicional, o al solidario, que existen relaciones de largo plazo con compradores y demostrando que el negocio funciona recibiendo así el respaldo del sistema financiero, que es un escollo muy importante para que los pequeños productores agrícolas accedan al mercado.

¿Cuál cree que es el mayor beneficio percibido al pertenecer al grupo de empresas que comercializan bajo estándares de comercio justo? ¿Podría ser la estabilidad como lo menciona?

Yo creo que la estabilidad de las relaciones comerciales primero que todo, pero también la posibilidad de conocer el mercado, porque el comercio justo promueve el compartir información y el empoderamiento del productor; entonces, gracias al comercio justo, las organizaciones de productores y los productores socios se informan de cómo funciona el mercado en todos los anillos de las cadenas de valor. Antes solo conocían la venta al intermediario y hasta ahí llegaba su cadena de valor, pero ahora el productor puede hasta conocer qué pasa con el consumidor final.

Y otro beneficio súper importante es que gracias al comercio más justo los productores se quedan en el campo y esto tiene consecuencias relevantes tanto en términos de mantener la producción agrícola a pequeña escala, la que enfría el planeta y es mucho más sostenible, como en evitar la concentración de terrenos en pocas manos y el crecimiento de la desigualdad, así como los cambios en el uso del suelo.

Si no existiera el comercio justo muchos pequeños productores ya habrían vendido sus terrenos, se habrían ido a las ciudades buscando trabajos que no existen y alimentando los cordones de pobreza. El mismo hecho que a través de un comercio más justo el productor se pueda quedar en el campo es súper valioso; para mí es el impacto más importante que puede tener el Comercio Justo, especialmente en la agricultura: mantener las familias campesinas conectadas a la actividad agrícola.

¿Cuáles son los efectos positivos a nivel social que ha traído consigo el comercio justo en Chile?

Desde el punto de vista social, por lo que comentan muchos productores, uno de los efectos más positivo ha sido la posibilidad de que sus hijos hayan podido estudiar hacer una carrera y llegar a ser profesionales. Obviamente esto también tiene consecuencias negativas para la agricultura, porque si la mayoría estudia profesiones que no tienen relación con ella, terminan abandonando el campo; obviamente han llegado a mejorar los niveles de desarrollo o carrera personal en la familia productora, que antes eran impensables, pero también impactan negativamente en la sostenibilidad intergeneracional de la agricultura. Ojalá que la mayoría pudiera estudiar temas relacionados con la agricultura, con la administración de empresas, con el comercio, etcétera, para poder mantenerse conectados con la actividad agrícola de las organizaciones de comercio justo.

¿Cómo ve usted el futuro de la certificación de comercio justo en el Chile?

Yo creo que Chile es uno de los países donde se necesita construir un mercado nacional y dónde hay cierta parte de la sociedad que ya estaría disponible a comprar productos certificados. Entonces, el desafío de las certificaciones también es lograr ese reconocimiento en el mercado local, y ojalá un reconocimiento también a través de una política pública de promoción del comercio justo a nivel nacional que ayude en la creación de un nicho sostenible en Chile, donde se reconozcan las certificaciones internacionales, pero donde quizás algún día también se pueda llegar a una certificación nacional de comercio justo, así como existe una certificación nacional de productos orgánicos.

¿Qué recomendaciones plantearía usted para un mayor desarrollo del sector a nivel nacional?

Seguramente se necesita que el sector público se ponga las pilas y construya una estrategia a nivel nacional, así como lo hizo por ejemplo el Ecuador o como se hizo también en Brasil. Creo que acá sí hay posibilidad de hacerlo; hay que aprovechar esta coyuntura, por un lado, porque el programa del actual gobierno hasta menciona el comercio justo en circuitos cortos; por otro lado, porque la nueva constitución tiene un enfoque mucho más solidario en términos económicos y da oportunidades a qué se fomenten otros tipos de economía. Yo aprovecharía esta coyuntura, sobre todo el compromiso del sector público y después, ojalá pronto, también cierto sector privado; el mundo del retail puede empezar a crear líneas de productos de comercio justo; estamos tratando de convencer a ciertos supermercados, pero todavía no hemos logrado que construyan políticas de promoción de productos de certificados, o líneas comerciales de productos de comercio justo. Yo creo que, una vez que el sector público de verdad se enfoque en esto, será más fácil convencer el retail de sumarse también al mundo del Comercio Justo, cosa que no sería una novedad porque supermercados de todo el mundo están participando del Comercio Justo sin problema.

Sin embargo, hoy el abanico de organizaciones de productores de comercio justo es muy pequeño, y los productos muy pocos, y con eso claramente no se va a generar un nicho de mercado importante. Entonces el primer paso, después de una definición clara del comercio justo a nivel nacional, sería diversificar la oferta local; segundo, favorecer la participación de empresas que puedan ayudar a procesar las materias primas certificadas y así ampliar aún más el abanico de productos de comercio justo disponibles en el mercado nacional, para que el consumidor responsable pueda comprar productos de comercio justo en diferentes lugares.

 

Macarena Cabrera