“Hemos comprobado que el ginseng puede tener un rol importante como complemento nutricional para la recuperación después del ejercicio”
Con estas palabras, Borja Muñoz, preparador físico destaca una exploración científica en la que colaboró, enfocada en revisar sistemáticamente cerca de setecientos artículos de investigación, los que se han analizado de forma descriptiva para comprobar esos beneficios en adultos sanos que realizan actividad física.
Muñoz ha llevado a cabo esta investigación, supervisado por Patricia Martínez, experta nutricionista y académica de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), y junto a los expertos Rafael Bailón y Laura Esquius, esta última del grupo Foodlab de la UOC. El origen de este trabajo nace de la inquietud de Muñoz de constatar científicamente, las experiencias empíricas que observó durante una experiencia laboral como readaptador físico en un equipo chino de fútbol.
En el estudio se concluye que el consumo de ginseng contribuye de forma directa a la reducción de la fatiga y favorece la recuperación muscular tras la práctica deportiva. De este modo, es como la comunidad científica internacional se interesa en que el ginseng como suplemento alimenticio, está elaborado con distintas plantas y hierbas y que podría ser beneficioso por sus efectos antiinflamatorios, antioxidantes y anticancerígenos.
MÚSCULOS
En concreto, durante la práctica deportiva se producen daños en los músculos debido a la carga y la intensidad de trabajo a las que son sometidos. Estos daños son, principalmente, de tipo inflamatorio.
Los compuestos del ginseng poseen principios activos que estimulan el sistema nervioso central, tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias y actúan como reguladores del cortisol, la hormona que combate el estrés, ayuda en numerosas funciones metabólicas del organismo y contribuye al correcto desempeño del sistema inmunológico. Al respecto, Borja Muñoz comentó:
“Además de una dieta equilibrada, el ginseng puede suponer un extra para los deportistas o las personas que realizan ejercicio físico regularmente. Y hay que tener en cuenta que un consumo regular de ginseng no tiene, en principio, ningún perjuicio o beneficio nulo en personas sanas, salvo en caso de contraindicación médica”.
Durante la práctica intensiva deportiva, según se explicó, se producen daños, principalmente de tipo inflamatorio, en los músculos debido a la carga y la intensidad de trabajo a las que son sometidos.
Los compuestos del ginseng poseen principios activos que estimulan el sistema nervioso central, tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias y actúan como reguladores del cortisol, la hormona que combate el estrés, ayuda en numerosas funciones metabólicas del organismo y contribuye al correcto desempeño del sistema inmunológico.
En la investigación a la que hace referencia Borja Muñoz se expone que la ingesta sistemática y prolongada de ginseng puede atenuar la respuesta de los marcadores biológicos responsables del daño y la inflamación muscular inducidos por el ejercicio, principalmente la creatina-cinasa (CK) y la interleucina 6 (IL-6). Además, su consumo reduce y amortigua la aparición de lactato en sangre, un compuesto químico que el cuerpo produce ante la falta de oxígeno en el músculo debido a un sobreesfuerzo de trabajo.
La presencia de ése compuesto provoca la disminución de la capacidad de generar contracción muscular, principal motivo de la fatiga muscular.
RECUPERACIÓN
También hubo explicaciones respecto a las posibilidades que el consumo pautado y específico de ginseng ofrece a los deportistas en función de sus particularidades. Sobre eso, dijo Borja Muñoz.
“Aunque cada lesión en cada situación y para cada individuo en particular tiene unos tiempos de recuperación diferentes, los procesos fisiológicos son comunes en las estructuras dañadas Por esta razón, los profesionales de este ámbito debemos conseguir el contexto fisiológico más eficiente para que cada persona pueda recuperarse de la mejor manera y en el menor tiempo posible. Es aquí donde el ginseng puede desempeñar un rol importante en la recuperación de las lesiones”.
Apuntó por su parte Patricia Martínez, a que entre los estudios futuros que se harán necesarios destaca determinar un protocolo de consumo pautado para saber exactamente cuándo y cómo se debe tomar el ginseng para optimizar sus beneficios en un tiempo concreto, ya que hay muy poca diversidad de estudios y evidencia científica en estos supuestos.
A este respecto, se recalca que es necesario aclarar la metodología que se debe usar en cada tipo de situación para aportar más información sobre la mejora de la suplementación con ginseng.
CHILE
Hay una investigación denominada “Prefactibilidad técnica para el cultivo del ginseng americano (Panax Quinquefolius L) en Chile”, desarrollada por Jorge Harlowe como un estudio de la prefactibilidad técnica del cultivo de ginseng en Chile. Se analizaron los requerimientos de suelo, agua y cultivo, así como también la principales plagas y enfermedades que lo afectan.
Se realizó un cruce entre los datos obtenidos de suelo, clima y condiciones generales para la VII, VIII, IX y X regiones. Basándose en los resultados, se concluyó que el ginseng puede cultivarse desde la VII a la IX región, principalmente en los suelos trumaos (andisoles) de la precordillera de Los Andes.